‘El caso Oussekine’, una tragedia francesa (y occidental) | lamarea.com
Malik Oussekine era un apasionado de la música. La noche del 5 de diciembre de 1986 salía de un club de jazz cuando una escuadra de la policía motorizada se cruzó en su camino. Los agentes, superexcitados, peinaban las calles del Barrio Latino de París con la orden de dispersar a los jóvenes que se manifestaban contra el proyecto de reforma universitaria del ministro Alain Devaquet. Pero no se limitaron a ahuyentar a los estudiantes. A Oussekine, que ese día no participaba activamente en las protestas, lo persiguieron por varias calles hasta que le dieron caza en la rue Monsieur le Prince, a escasos metros de los Jardines de Luxemburgo. Allí fue aporreado y pateado hasta la muerte. Tenía 22 años.
Antoine Chevrollier, uno de los artífices de la magnífica Baron Noir, ha contado esta historia real en una de las mejores series de 2022, El caso Oussekine. De las mejores y, sin embargo, de las menos vistas. Merecía mejor suerte este drama familiar que hurga en el mito fundacional de Francia y que se hace extensible a todas las democracias occidentales.
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